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La importancia de la conducta asertiva

La importancia de la conducta asertiva

La asertividad es una habilidad social básica que te ayuda a tener mejores relaciones contigo mismo y con los otros. Es la habilidad de defender tus opiniones o tus derechos cuando están siendo cuestionados, pero sin faltar al respecto a nadie, incluso cuando los otros son quienes te faltan al respecto a tú.

El motivo por el cual es importante actuar con asertividad es que tienes derecho a decidir como te quieres relacionar con los otros. A veces, cuando digo esto, las personas que me vienen a ver a la consulta porque creen en la fórmula: «A todos nos toca hacer cosas que no nos gustan» se tiene que aplicar a más cosas del que parece. Pero, no. Hay muchas situaciones en las cuales puedes responder defendiendo tu voluntad.

Por ejemplo, cuando te piden que hagas algo que no quieres hacer porque te hará ir mal de tiempo o porque, simplemente, no te apetece. ¿Tienes que acabar cediendo para quedar bien o por no parecer egoísta, aunque dentro tuyos te sientas mal? ¿Cuándo te acallan o te humillan, te tienes que aguantar para evitar un conflicto o porque el otro no se enfade? ¿Cuándo alguien se enfada contigo y te grita o te insulta, tienes que dejar que te trate así como si tú fueras el problema?

Un ejemplo de la importancia de la conducta asertiva
El paradigma para explicar la asertividad es lo del restaurante. Imaginado que estás cenando en un restaurante y cuando coges la copa para beber te das cuenta de que está sucia. ¿Cómo reaccionarías?

Básicamente, hay 4 estilos de reacción ante esto.

El estilo agresivo.

«¿A ver camarero se puede saber que es esta porquería? ¿Tú crees que me tengo que encontrar una copa sucia? Sois todos una pandilla de inútiles. Es que tendríais que estar en la calle y dejar el lugar a quien quiera trabajar de verdad. Sinvergüenzas»

El estilo pasivo.

¡Pensante, vaya!!, está sucia. Bien, no pasa nada. Vale más que calle que después me mirarán mal y pensarán que estoy exagerando. Me molesta ver con una copa sucia, pero prefiero no hacer el numerito.

El estilo pasivo-agresivo.

Es una combinación de los dos anteriores. Ni se resuelve el problema ni se mantiene el respeto. Por ejemplo, esperando que el camarero esté cerca. Coger la copa, dirigirse a los compañeros de la mesa, pero haciendo que lo sienta el camarero «Esto se merece un brindis, pero no lo puedo hacer porque ej. La copa está sucia».

El estilo asertivo.

Dirigirse al camarero con un tono normal le decimos: «disculpe, mi copa está sucia. ¿Qué me la podría cambiar? Gracias.»
Los estilos agresivo y pasivo parecen los opuestos, pero tienen un aspecto con común. En ambos casos hay una carencia de respeto. En el estilo agresivo se falta al respecto al camarero, le estamos diciendo que no sabe hacer nada bien y además se lo decimos gritando, el que supone una humillación. De hecho, ni siquiera sabemos si la copa lo ha restado él. En el estilo pasivo te faltas al respecto a tú mismo. Sabemos que nos sentiremos mal por el hecho de ver con una copa sucia y con todo estamos dispuestos a hacerlo por no molestar a los otros.

El estilo Asertivo

El Estilo asertivo permite defender los derechos de todo el mundo. Defiendes tu derecho, puesto que tienes porque beber con una copa sucia si te la pueden cambiar, y el camarero, que aunque lo haya lavado él, se merece ser respetado como cualquier otra persona. Además, con la asertividad orientas el problema hacia la solución. No tendrás una copa limpia ni gritando ni aguantando. La tendrás si la pides al camarero. Incluso, en el supuesto que el camarero quiera sacar importancia al asunto diciéndote que no hay para tanto, aplicar un estilo asertivo implica insistir en tu opción sin gritar ni insultar.

La asertividad es una habilidad social básica porque te presenta en el mundo como una persona segura de sí misma que no se deja intimidar con el chantaje emocional ni permite que la rabia te domine. Te muestra como alguien que toma sus propias decisiones. Es una práctica necesaria para hacerse el amo de un mismo.

Aprender a decir NO

La asertividad incluye también aprender a decir no a hacer cosas que no quieres hacer. Tienes derecho a rechazar las peticiones y no sentirte mal. Esto se aplica a las relaciones simétricas Aquellas en que las dos personas están en una situación de igualdad, entre amigos, pareja, etc. En las relaciones asimétricas como las que hay entre un policía y un ciudadano o entre un maestro y un alumno, seguramente tendrás que hacer el que te pidan por qué se encuentran en una posición de autoridad. Que rechaces la petición de otra persona no quiere decir que seas egoísta. Controlar tu propia vida comporta tomar decisiones. De lo contrario, si haces algo contra tu voluntad, estás dejando que te controlen desde fuera. Es posible que a la persona a que dices NO se enfade. Pero este es un motivo para cumplir su deseo. Si lo haces, te tiene que hacer sentir mal. Por ejemplo, cuando un amigo te pide que le dejes dinero.

Claramente, hay ocasiones urgentes en las cuales tienes que hacer algo que no quieras porque alguien te plantea una situación grave y requiere una solución rápida y solo tú puedes ayudar. En esta situación normalmente optamos para acceder. Como por ejemplo cuando un amigo se hace daño y te pide que lo acompañes en el hospital en coche.

Y por esto la importancia de la conducta asertiva

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