Hay momentos en los que comemos sin tener hambre real. Lo hacemos para calmar algo que no está en el estómago, sino en el corazón o en la mente. Esto es lo que llamamos alimentación emocional: comer guiados por nuestras emociones, no por una necesidad fisiológica.
Muchas personas me cuentan en consulta que, cuando se sienten tristes, frustradas o ansiosas, acuden a la comida como una vía rápida de alivio. Lo hacen de forma impulsiva, sin poder controlarlo, y a menudo sin hambre. A este tipo de comportamiento lo conocemos como comer de forma emocional, y es más común de lo que parece.
Cada persona reacciona de forma distinta ante las emociones intensas. Algunas pierden el apetito. Otras sienten un deseo fuerte e irrefrenable de ingerir alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas y azúcares. ¿Por qué sucede esto?
En estados de ánimo negativos, muchas personas tienden a buscar gratificación inmediata a través de lo que comen. Esta conducta se convierte en un intento de llenar un vacío emocional, de encontrar consuelo o calma en un momento de estrés, tristeza o frustración.
Este tipo de alimentación también puede ser una forma de escapar de pensamientos o emociones que resultan difíciles de gestionar. En lugar de afrontar lo que sentimos, desviamos la atención hacia el acto de comer. A veces, confundimos señales emocionales con hambre física, lo que nos lleva a ingerir alimentos sin necesitarlos realmente.
Otra razón muy común es el hábito. Si asociamos el malestar con el consumo de algo agradable, esta conducta se refuerza y se convierte en automática. Con el tiempo, se transforma en un patrón difícil de romper.
Pero hay buenas noticias. Esta forma de alimentarse puede trabajarse. Con voluntad, autoconocimiento y estrategias adecuadas, es posible desvincular nuestras emociones de la comida y recuperar el control.
Si este tema te resuena, si sientes que utilizas la comida como una vía de escape y te cuesta manejarlo, te animo a que no lo enfrentes en soledad. En consulta trabajamos para identificar los desencadenantes emocionales, aprender nuevas formas de gestionar el estrés y establecer una relación sana con la comida y contigo misma/o.
Estoy aquí para ayudarte a empezar tu cambio.
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