Autoaceptación incondicional: la clave para querernos
PARA APRENDER A QUERERNOS ES PRECISO QUE PRIMERO NOS ACEPTEMOS TAL COMO SOMOS
Con autoestima nos referimos a la valoración que hacemos de nosotros mismos. Así, decimos que tenemos una autoestima alta cuando consideramos que tenemos unas cualidades o características personales determinadas, como, por ejemplo, tener éxito en la carrera profesional o que los demás nos valoren, y tenemos una autoestima baja cuando calificamos esas determinadas características personales como malas o negativas, como por ejemplo, cuando no nos gustamos físicamente o pensamos que somos inferiores porque no hemos estudiado una carrera, o no se nos da bien cierto deporte.
En ambos casos llevamos a cabo una sobre generalización, es decir, hacemos una valoración de la totalidad de nuestra persona en función solo de unas determinadas cualidades o defectos personales.
Nadie es completamente bueno o malo, ni es exitoso en todas sus acciones, ni fracasa siempre en todos los aspectos de su vida, por lo tanto, es absurda la autovaloración y, además de ser absurda e insostenible a nivel teórico, a menudo es autodestructiva y fomenta la inestabilidad emocional.
Tanto la alta como la baja autoestima son causa de mucha perturbación emocional: ansiedad, depresión, rabia, vergüenza… Confundir la conducta con la valía del ser humano es fuente de muchas falsas necesidades y exigencias del tipo: «Tengo que conseguir triunfar en mi trabajo o si no seré un fracasado», «Necesito tener pareja y si no la tengo demostrará que soy un inútil», Debería salirme todo según mis deseos porque si no será terrible y no podré soportarlo»…
Cuando una persona se valora a sí misma de manera global, es casi inevitable que tenga problemas.
Por eso, Albert Ellis, fundador de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), propone que toda persona tenga una aceptación incondicional de sí misma, con sus defectos y sus virtudes: «cada uno de nosotros tenemos que considerarnos válidos por el solo hecho de estar vivos, de ser personas y de estar aquí, independientemente de que desarrollemos o no nuestras capacidades o estemos limitados en muchas de ellas por razones diversas (físicas o psicológicas)».
¿Qué significa en TREC Aceptarse Incondicionalmente?
• Aceptar que somos seres humanos, imperfectos y falibles por naturaleza. Y que ¡No pasa nada! ¡El ser humano perfecto no existe!
• Creer en que nuestro valor radica en que somos personas con intenciones y elecciones, como cualquier ser humano. Nuestra valía personal no depende del rendimiento o la aprobación
• Cuando nos aceptamos incondicionalmente, pensamos mejor y evitamos evaluarnos como buenos o malos por haber hecho algo bien o cometido un error. Aceptarnos incondicionalmente está íntimamente ligado a un pensamiento flexible acerca de nosotros.
• Cuando nos aceptamos incondicionalmente, nuestras emociones son adaptativas y nuestro comportamiento es constructivo.
• Pensamos en nosotros como alguien que VALE la pena porque somos humanos, estamos vivos, somos únicos y estamos en constante cambio y mejora.
OTRO MÉTODO PARA LA AUTOADAPTACIÓN INCONDICIONAL
La TREC ofrece una segunda manera de aceptarse incondicionalmente. Según este método, las personas nos fijamos unos objetivos, por ejemplo, estar sano y ser feliz y, entonces, valoramos nuestros pensamientos, emociones y conductas con base en la consecución de dichos objetivos. Así, por ejemplo, valoraríamos como positivo o bueno un pensamiento del tipo: «Soy una persona que vale la pena, que merece vivir y pasarlo bien», porque este pensamiento te ayuda a estar sano y a disfrutar de la vida. En cambio, evaluamos un pensamiento del tipo “No valgo nada como persona y soy un inútil” como malo o negativo porque no te ayuda a alcanzar tu objetivo. De la misma manera, a nivel emocional consideras una emoción de alegría como buena y el de rabia como mala, porque esto contribuye a tu felicidad. Por último, a nivel conductual evalúas el hacer deporte como bueno o positivo y el hacer una vida sedentaria como malo o negativo porque tu objetivo es estar sano. Si tu objetivo fuera engordar, la valoración de estas dos conductas sería la contraria.
Así pues, se trata de valorar como buenos todos los pensamientos, emociones y conductas que contribuyen a que consiga mis metas y objetivos, y como malos aquellos que no ayuden o frenen la consecución de los mismos. Estas valoraciones te permiten vivir y ser feliz en función de determinados objetivos y deseos.Alcanzar la autoaceptación incondicional requiere mucha práctica y esfuerzo, ya que la tendencia humana y la sociedad en general nos llevan a valorarnos de forma global.
Autoaceptación incondicional: la clave para querernos