Julio suele asociarse con descanso, sol y desconexión. Sin embargo, muchas personas experimentan lo contrario: ansiedad sin causa aparente, insomnio, irritabilidad, desánimo… Este fenómeno es real y recibe el nombre de ansiedad estacional de verano o “summer SAD”.
Durante los meses cálidos, factores como los cambios de rutina, el aumento de expectativas sociales, los efectos fisiológicos del calor o compararse en redes sociales pueden generar un malestar emocional notable.
¿Por qué ocurre?
- Altas temperaturas y estrés fisiológico: Con el calor, aumentan hormonas del estrés como el cortisol. Además, el calor interfiere con el sueño, lo que incrementa la ansiedad.
- Cambio de expectativas y FOMO: Las redes sociales muestran veranos “perfectos”, lo que puede generar frustración y sensación de no estar a la altura.
- Summer SAD: Aunque menos común que su versión invernal, puede generar insomnio, irritabilidad, pérdida de apetito y alteración del estado de ánimo.
- Exposición prolongada al sol: La luz brillante puede alterar la producción de melatonina y dificultar el descanso.
Estrategias prácticas para afrontarlo:
- Crear una rutina vital: Establecer horarios de sueño, comidas y descanso aporta estructura y seguridad.
- Hidratación y espacios frescos: Mantener el cuerpo fresco y bien hidratado reduce el malestar fisiológico.
- Micro-pausas y respiración: Respirar profundamente o estirarse durante 5 minutos ayuda a reconectar con el cuerpo.
- Limitar comparaciones: Reducir el uso de redes sociales y aceptar el ritmo propio disminuye la presión interna.
- Exposición natural y consciente: Buscar momentos de luz suave al amanecer o atardecer mejora el ánimo sin sobreestimular.
- Hablar con alguien de confianza: Expresar lo que sientes reduce la carga emocional y aclara pensamientos.
- Entrar en terapia: Si la ansiedad persiste, un proceso terapéutico puede ayudarte a comprenderla y gestionarla.
Una mirada emocional para cerrar
El verano puede ser un tiempo para frenar, pero también para sentir. La ansiedad estacional no es una señal de debilidad, sino una reacción humana al entorno, los ritmos y nuestras propias exigencias. Reconocerlo es el primer paso para aliviarlo.
Julio no tiene que ser perfecto para valerte. Permitirte sentir lo que venga es parte del descanso. Si un día no disfrutas, está bien. Estoy aquí para acompañarte con respeto, empatía y profesionalidad.
